A veces, y solo a veces nos sorprende la existencia del amor. Aquellos que no necesitan ser recordados por su existencia sino por su dedicación a mejorar a la vida de los demás. Su actitud, su valor moral e intelectual contribuyen a argumentar la existencia misma de la humanidad, a dar consistencia real a nuestro caminar por este planeta carente de escrúpulos, justicia e igualdad.
Estoy convencido que no es una actitud beligerante ni rencorosa contra la injusticia lo que los decide a tomar partido, es la repentina renuncia a su existencia, inexplicable, apasionante, sabedora desde ese instante tu vida no te pertenece, solo a ellos. La recompensa es inexplicable.
http://www.abc.es/20120327/sociedad/abci-monja-201203270232.html
Únicamente penetrada por esquirlas de luz de farolas empapadas en rocío nocturno, la intimidad de la penumbra descubría de soslayo sus trémulos cuerpos, calientes, sudorosos, impacientes, entregados.
Las vestiduras esparcidas delataban la furia del encuentro, la inhibición sensual que nubla la consciencia, que refuerza la convicción que estimula la batalla sin miedo a la derrota, convencidos del instante, nada los amedranta, nada existe, únicamente el aleteo del frescor nocturno que mitiga el cansancio.
Se prometieron luchar, cohabitar en el alma del otro, ser uno, ser únicos, morir en ese instante donde creen en Dios aun siendo agnósticos.
Si existe un lugar donde la divinidad desvela su definición más visceral es aquel que unos olvidaron, otros visitan como peregrinos sedientos de fe, el resto espera en él purgatorio carente de inocencia alimentandose del más puro deseo.
No existe nada más tentador que lograr empatizar en una relación sexual donde solemos equivocarnos, o no, al imaginar los deseos ocultos de la pareja.
En esta aventura erótica no es casualidad que sobren las palabras en acto tan íntimo, el silencio es el mejor estado para poder escuchar los sonidos de la piel al erizarse, o gemidos inspiradores que delatan el objetivo de la búsqueda.
Otros desean otorgar a la palabra como medio vinculante un especial énfasis que nos muestre el camino del acierto sin equívocos. Pero la incertidumbre en cada pliegue de la epidermis es lo que estimula el reencuentro con el erotismo, esto convertido en palabras no deja de ser la forma más rápida para la obtención de placer en una experiencia personal, única e intransferible.
Como íntima experiencia, el erotismo no siempre invoca la presencia del sexo, siendo este indispensable en el más instintivo deseo sexual.
Es en la búsqueda iniciática del acercamiento visceral del amor donde germina el deseo erótico, en este estado todo es posible, en su final se encuentra el éxtasis con su compañero inevitable, el amargo final.
