martes, 31 de enero de 2012

La piel de la palabra

    Su opaca mirada tras el oscuro vidrio, transformaba en legítimo espacio el final de la barra, compañera de tantos renglones rotos.
    Sus dedos ahora convertidos en sus ojos acariciaban el lomo sin atreverse. Su íntima oscuridad, se sintió observada.

- No temas. Posaré mis dedos sobre los tuyos.
Un cálido y sensual aroma delató su proximidad como leve caricia.
- Cierra los ojos, déjate llevar, y persigue en tu mente los sonidos.
Mónica sintió un lascivo roce mecida bajo sus manos, mientras acariciaba la sensual textura de aquellos signos. Tras el vértigo, danzaron las palabras.
Aquella lágrima lo celebraba.

1 comentario:

  1. Guau.. todos exploramos por primera vez.. y a todos nos fascina. Las barreras existen mientras tú quieras que existan.
    Me ha gustado así que te sigo.

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